En la actualidad es inevitable, la huella personal que vamos dejando a nuestro paso conforme vamos conectando y relacionándonos con otros personalmente o a través de los medios digitales y las tecnologías sociales, va dejando testimonio sobre quiénes (y cómo) somos.
“A final de cuentas pocos recordarán que dijiste o cuál era tu título
en el momento, pero todos recordarán cómo los hiciste sentir”, dicen por ahí.
Y en los medios digitales y sociales, la forma en que has hecho
sentir a alguien más tiende a amplificarse, con frecuencia incluso,
fuera de proporción. Por eso creo que hay por lo menos 4 principios básicos que debemos
recordar al momento de utilizar estos medios para conectar nuestra marca
personal con la de los demás.
1) Condúcete con un fuerte sentido de propósito
Pocas cosas son tan importantes como tener un propósito y una clara
razón de ser. Y esto resulta igual de crucial si tu intención es usar
medios sociales o digitales para conectar con los demás. Puede ser que haya quienes no solo no se identifiquen con tu
propósito, sino que vayan en contra de este. Está bien, ese es parte de la diversidad que nos da Internet.
Pero comunicar claramente cuál es tu propósito o misión ayuda a
conectar con quienes comparten una misión similar y experiencias
relevantes que compartirte; además de identificar a quienes opinan lo
contrario para aprender de ellos también, no para rendirte en tu
propósito sino para entender otros puntos de vista que puedan afectar tu
misión.
2) Actúa con autenticidad y transparencia …en tus motivos, en tu comunicación
La gente, esas personas que en los medios digitales solemos
equivocadamente llamar “usuarios” no somos tontos, y podemos oler a
kilómetros de distancia las buenas o no tan buenas intenciones de quien
usa estos medios para conectar con los demás.
Muchos dicen “no querer el reflector o la atención de otros”, pero la
realidad es que si has decidido compartir tu conocimiento, opiniones y
pensamientos a través de cualquier plataforma social (digital o
presencial), la realidad es que sí estás buscando la atención de los
demás.
Y francamente, no veo nada de malo en ello. Si tienes algo que crees
que es valioso y lo quieres compartir, hazlo. Pero no digas que
escribes, produces o creas para tu mismo porque, además de sonar
egoísta, no es real; y si de plano solo quieres escribir para ti, ve a
una librería, compra un “MoleSkin” y escribe un diario.
Y si sí decides compartir tu opinión, cualquiera que sea esta, hazlo
de frente, no de manera anónima, escondido atrás de un pseudónimo. Se
directo, se honesto y se abierto. No a todos les tiene que gustar tu
opinión, pero si esta la das de manera anónima nada más, entonces sí
carecerá totalmente de valor.
3) Date la oportunidad de conocer a los demás
“Ese hombre no me agrada nada, tendré que conocerlo mejor” es una de
las frases más conocidas y atinadas de Abraham Lincoln, y tiene toda la
razón. Sobre todo si pensamos en lo que pasa hoy con los espacios sociales en
Internet. Juzgamos en base a 140 caracteres o a un solo post a una
persona que probablemente sea todo lo contrario a lo que hemos asumido
de ella.
Si alguien comienza a destacar, por las razones que sean, corremos a
juzgarle y hasta lincharlo en las distintas redes sociales, simplemente
porque pensamos que no estamos de acuerdo con lo que esa persona está
comunicando. Yo mismo he cometido este terrible error en el pasado con
personas como Guillermo PérezBolde cuando lanzó su primer estudio sobre
Twitter en México, hasta que entendí que tenía que darme la oportunidad
(a mí, no a el, él estaba muy bien) de conocerle mejor, platicar más con
el y aprender de el. Hoy somos buenos amigos y aunque podemos diferir
en opinión respecto a uno u otro detalle respecto a nuestro trabajo en
medios digitales, he comprobado que son más las cosas en las que estamos
de acuerdo que en las que no.
Y si no nos damos la oportunidad de conocer bien a los demás ¿cómo
vamos a comprobarnos a nosotros mismos si estamos en lo correcto o no?
4) Y por último: Construye, crea y se propositivo
Criticar la labor de otros, hablar en detrimento de los demás,
destruir lo que otros han creado, es un recurso fácil y barato para
hacernos creer que somos mejores que los demás. Pero como posteaba hace
un par de días el Dr. Stephen Covey en Twitter, tenemos que: “Detener el
golpeteo. Intentar hacer algo productivo: ser una luz, no un juez. Ser
un modelo, no un crítico”.
Crear valor para los demás, construir un proyecto y sostenerlo pese a
los críticos y los retos que podamos enfrentar, al final de cuentas,
exitosos o no, se convertirá en una especie de imán que atrae a nosotros
a aquellas personas que comparten una visión y misión similar a la
nuestra y que, como nosotros, están dispuestos a no criticar y mejor
crear. Y es que crear valor para los demás, es la única verdadera forma
de dejar en ellos nuestra marca personal.
Fuente: Vuelodigital
Atentamente,
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