LinkedIn se ha convertido en referente para muchos profesionales de todo el mundo; una red social en la que establecer conexiones con otros profesionales, buscar oportunidades de negocio o aspirar a una mejora en nuestra propia carrera profesional.
Dado que estamos ante una red social, conectar e interactuar con otros usuarios es uno de los pilares fundamentales de la dinámica de uso del servicio y, claro está, es importante no perder el norte y gestionar los contactos adecuadamente, evitando malas prácticas como la de agregar a contactos a mansalva (ya sea enviando peticiones de conexión a gente que no conocemos o aceptando todo lo que nos llega).
Como suele ocurrir en muchos aspectos de nuestra vida, cuando echamos la vista atrás y analizamos lo que hemos estado haciendo, es posible que nos demos cuenta que hemos realizado conexiones profesionales en LinkedIn que no nos aportan nada o que, por ejemplo, se han convertido en spammers que solamente buscan vendernos sus productos o sus servicios.
En redes como Twitter o Facebook, romper una conexión es más o menos evidente puesto que los botones para hacer un unfollow o eliminar a alguien de nuestros amigos son funciones que están bastante accesibles y podemos usarlas con bastante facilidad. Sin embargo, en LinkedIn no es algo evidente y son muchos los usuarios que tienen asumido que las conexiones realizadas no se pueden romper (salvo que nos demos de baja o nos creemos un usuario nuevo).
Aunque no es una función que esté muy destacada, para eliminar un contacto tendremos que acceder a la sección contactos de LinkedIn y, una vez ahí, en la esquina superior derecha de la ventana en la que aparecen todos nuestros contactos encontraremos un enlace con el que acceder a esta funcionalidad.
Una vez pulsemos sobre este enlace, LinkedIn listará todos nuestros contactos y les añadirá un checkbox para seleccionar los que queramos eliminar y también veremos un botón para proceder a su eliminación.
¿Y por qué deberíamos eliminar contactos en LinkedIn? Establecer una conexión con otro usuario o romperla, en el fondo, es una decisión personal que cada uno debe sopesar adecuadamente. Al principio, son muchos los usuarios que quieren “amasar contactos” con la falsa creencia que la cantidad es un indicador relevante (en vez de la calidad de los mismos) y terminan teniendo una cartera de contactos muy variopinta con usuarios que se mueven en sectores en los que difícilmente nos vamos a cruzar.
Por otro lado, si llega un momento en el que nos planteamos abrir otra cuenta porque nos están enviando muchísimos mensajes de spam, en vez de empezar desde cero, aplicar una purga a nuestros contactos puede ser un buena opción. De hecho, no es raro encontrar gente que precisamente va generando perfiles nuevos conforme pasa el tiempo y, al final, podemos acumular más de un contacto (o perfil) de la misma persona física (lo cual no tiene mucho sentido).
Personalmente creo que más que borrar contactos, lo más importante es gestionar nuestra red adecuadamente, es decir, añadiendo a nuestra red contactos que consideremos que van a aportarnos valor, siendo honestos en las conexiones que hacemos (evitando decir que “somos amigos” cuando no lo somos y así burlar a LinkedIn) y, lógicamente, aceptando las solicitudes que recibimos con cierto criterio.
LinkedIn pone a disposición de los usuarios muchos recursos (los grupos, las páginas de empresa o las preguntas y respuestas) que nos dan pie a interactuar con otros usuarios conversando con ellos; unos recursos que se pueden aprovechar para establecer contactos previos que vayan tendiendo un puente con otros profesionales que, finalmente, terminen en una conexión que, seguramente, rara vez nos planteemos eliminar.
Fuente: Bitelia
Atentamente,
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